El café fue introducido por primera vez en Malawi, ocupada por los británicos, por misioneros durante la década de 1880. Durante esa época, las zonas de cultivo comercial se concentraban principalmente en Thyolo y Mulanje, en el sur. A diferencia de lo ocurrido en otras colonias del este de África, el café nunca llegó a despegar del todo en Malawi. Varios factores, incluido el éxito del cultivo de tabaco en el país, impidieron que el cultivo se convirtiera en el pilar que había sido en sus vecinos del norte, Tanzania y Kenia. No fue hasta mucho después, después de la independencia, cuando se vio su potencial.

En la actualidad, la producción de café en Malawi sigue siendo baja, pero lo que le falta en cantidad lo compensa con calidad. Este país sin salida al mar produce unas cantidades excelentes. Malawi limita al este y al sur con Mozambique, al oeste con Zambia y al norte con Tanzania. El macizo de Mulanje atraviesa el sur del país y proporciona a la red fluvial la mayor parte del agua. Otra fuente de agua importante es el lago Malawi. En total, el país tiene todo lo que necesita para producir un café excepcional.